Cada día al despertar me pregunto de que forma vas a lastimarme esta vez.
Si vas a amarme o no. Una eterna margarita a la que nunca se le acaban los pétalos.
Tu inseguridad me hace sentir como un diente de león. Tan frágil y delicado que solo con un soplo del viento se va desarmando de a poquito...
Dicen que lo único peor que sentir dolor, es no sentir absolutamente nada.
Siempre lo niego. Prefiero no sentir nada, hasta que solo siento que muero.
Y en ese momento, en el que me quedo sin latidos, es cuando desearía haber sentido por lo menos, dolor.
Darte cuenta que llegaste al limbo, entre no sentir, y dejar de respirar, es una oportunidad única.
Es la posibilidad de hacer algo antes de morir emocionalmente, pero siempre nos damos cuenta tarde.
Estoy en este limbo, no siento nada, se que pronto voy a dejar de sentir...
Pero no se que hacer. Estoy perdida. No se que necesito, que quiero, ni a donde voy.
Dije que esperaría la vida entera. Que vale la pena darte todo el tiempo del mundo, aunque el tiempo es lo único que no se recupera.
Ambos sabemos que no hay dos como nosotros. Que pueden pasar años, cientos de personas, pero vamos a seguir siendo almas gemelas.
Es algo hermoso y perturbador.
Es una tortura diaria que me mata cada vez un poco más.
El poder de decir Basta ya no lo tengo, te lo entregué.
Y solo me queda seguir acá, amándote, cuidándote, sin saber si alguien más también lo hace.
Esperando que hagas algo. Pero no lo haces y no se cuanto tiempo más pueda soportar...
El amor el peor de los milagros. Y el mas hermoso error.
