Pero hasta hoy.
Veintiocho días para ser perfecta.
Veintiocho días de sacrificio.
En veintiocho días, todo va a cambiar. Van a pasar muchas cosas.
La verdad es que tengo muchas cosas en la cabeza que me están volviendo muy loca.
Pero hay una que no debería ser prioridad, pero lo es.
Y como es prioridad, es la primera cosa que quiero resolver.
No es capricho, es simplemente que me tiene harta. Entonces, son veintiocho dias que van a ser una tortura, pero ahi termina.
Prefiero veintiocho dias de tortura que una vida entera.
Y no me importa lo que me digan. Nada ni nadie va a cambiar lo que planeo.
Me molesta que alguien quiera decirme como son las cosas, cuando la que vive asi hace años, soy yo.
Yo se hasta donde aguanta mi cuerpo, mi mente.
Yo se hasta donde puedo llegar. Conozco mis limites.
Se muy bien en que momento mi cuerpo empieza a colapsar, se cuando dejar de vomitar para no vomitar sangre.
Se que tan rápido me desoriento, me mareo y tiemblo.
Me conozco, no quieran enseñarme sobre mi.
Asi que eso es lo que voy a hacer. Yo se, que en veintiocho dias, voy a escribir en este mismo blog, y voy a decir lo bien que resulto todo.
Simplemente, no estoy dispuesta a perder.
No contra mi misma. No otra vez.
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